2007/12/22

Navidad desértica

Es Navidad también en el desierto. Mi padre me contó que los tipos se disfrazan de Papa Noel (viejo pascua) a pesar del calor.
La ventaja del desierto es que entornando los ojos la llanura salitrera parece un campo infinito de nieve mientras uno está en mangas cortas.
Entornándolos más, casi ciegamente, se podría afirmar que los cientos de perros abandonados se tranforman en pequeños renos desorientados.
Y con los rayos del sol en los ojos quizás hasta los vemos volar.
La navidad es alucinatoria por definición ancestral.
¿No es Jerusalén un desierto también?



[Imagen: Entrada a Chuquicamata.
Connie Mendoza. Alma Project, 2007]

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