
Escribió el libro que se considera esencial para la ciencia: Philosophiae naturalis principia mathematica. Resolvió la ley de la gravedad, las bases de la mecánica, investigaciones sobre óptica, los principios del cálculo diferencial e integral, etc.
Y aún así a lo largo de su vida escribió más textos sobre alquimia que propiamente científicos. Estaba interesado en temas como la transmutación de los elementos, la piedra filosofal, el elixir de la vida y las profecías bíblicas. Entre estas últimas, predijo el fin del mundo en el año 2060 de nuestra era.
La Universidad Hebrea de Jerusalén recibió hace 40 años los manuscritos del científico inglés como legado del economista británico John Maynard Keynes y el orientalista Abraham Shalom Ezekiel Yahuda.
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