
El ser se mantiene y se debate entre estas dos fuerzas que le inmovilizan y le equilibran. Logra girar la cabeza hacia atrás. Puede ver un inmenso hueco en la tierra. Es una mina. Luego, mira hacia delante, y ve un rayo que se dirige hacia el cielo. Es un observatorio astronómico. El ser no entiende estas imágenes, no recuerda en qué grado participan de su estar de pie. Sólo puede ver que comparten el mismo desierto.
[Imagen y texto: Almamina Parte 1. Alma2007©Connie Mendoza]
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